domingo, 5 de agosto de 2012

El Universo no posee ni principio ni fin

Todo se mueve ininterrumpidamente de manera cíclica pero esos ciclos nunca son idénticos. La ley la va estableciendo ese movimiento rápido y constante y también es fugaz e inconstante.
Todo tiene que ver con todo y de esa interdependencia dinámica resulta la Realidad que se nos manifiesta a nuestra limitada capacidad de percepción e intuición. Somos torpes para captarla; nuestro trabajo es afilar nuestro órgano de percepción y entendimiento, nunca generalizar o dogmatizar, y mantener la mente abierta.
 Sin una cosa no hay la otra. El mal existe y es una consecuencia del error.
Sin error no hay mal.
El error se elimina mediante el conocimiento bien intencionado y completo.
La Realidad es estrecha y exigente, y no tolera el error, pero como nuestra capacidad de entenderla en toda su dimensión es nula, siempre estamos en el error.

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