Todo se mueve ininterrumpidamente de manera cíclica pero esos ciclos nunca son idénticos. La ley la va estableciendo ese movimiento rápido y constante y también es fugaz e inconstante.
Todo tiene que ver con todo y de esa interdependencia dinámica resulta la Realidad que se nos manifiesta a nuestra limitada capacidad de percepción e intuición. Somos torpes para captarla; nuestro trabajo es afilar nuestro órgano de percepción y entendimiento, nunca generalizar o dogmatizar, y mantener la mente abierta.
Sin error no hay mal.
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